En un contexto incierto, sus conocimientos y experiencias son valorados por las empresas. A su vez, ellos se muestran activos y con proyectos propios para seguir la vida laboral.
La Silver Economy es mucho más que lo que consumen quienes ya empiezan a transitar la tercera edad, o quienes integran la generación de los Baby Boomers. Este sector de la sociedad se muestra más activo que nunca antes. Además, en un escenario tan atravesado por crisis diversas, sus experiencias ganan valor dentro del ámbito laboral.
“Durante los últimos dos años se produjo una profunda revisión de valores y prioridades, no solo desde el punto de vista laboral sino también desde la perspectiva personal y de vida”, advierte Marisol Aguayo, directora de Talent Solutions Right Management Chile.
Sin embargo, desde ManpowerGroup observamos que los baby boomers –que hoy tienen más de 55 años– no tienen pensado jubilarse en el corto plazo. Esto se debe a que aún sienten que tienen mucho para dar, y las empresas están comenzando a entender esto.
Una tendencia en alta en esta generación es la de adoptar la modalidad freelance, a través de la cual pueden volcar toda su experiencia al mercado laboral. El emprendimiento toma fuerza también con múltiples iniciativas, en muchos casos, esos sueños postergados se transforman en negocios, proyectos y nuevas formas de actividad laboral ligada al propósito personal y a los valores que toman mucha relevancia en esta etapa de la vida.
Así todo, creemos que el mundo laboral está experimentando grandes cambios y esta puede ser una gran oportunidad para aquellas personas que están próximas al retiro, como por ejemplo para apostar a sueños postergados o animarse a afrontar nuevos proyectos.
Las crisis que atravesaron
Uno de los puntos que vuelve atractivos a los Baby Boomers, incluso cuando se transforman en asesores, es el haber pasado diferentes crisis, desde inflacionarias hasta de talento, sin hablar de la transformación cultural que fueron acompañando.
Aunque en algunos países la inflación es un problema que tiene mayor presencia a lo largo de su historia, y es muy predominante en América Latina, hoy este es un problema mundial. Y eso hace que estos talentos sean requeridos por compañías globales.
Esto sucede en un contexto en el que las empresas se están transformando y adaptando, volviendo a imaginar la fuerza laboral y las dinámicas de trabajo. “En este sentido, los ejecutivos senior, que son quienes cuentan con años de experiencia en escenarios inciertos, son muy valorados por contar con competencias y habilidades requeridas para este contexto”, cuenta Aguayo.
Incluso, en algunos casos, los profesionales que están próximos a su jubilación, deciden encarar una carrera como asesores, pues reconocen el nuevo papel que les está dando el mercado.
Sin hablar, que aprendieron a equilibrar vida laboral y personal. En este período de su carrera, prefieren optimizar los tiempos de sus actividades y roles, por eso optan por aquellos que no representen una exigencia directa ligada a objetivos y resultados.
A su vez, dada la experiencia, sabiduría y capacidad de liderazgo que tienen, hoy pueden ser mentores de los jóvenes líderes, ocupando roles claves en sus procesos de transición.
Bajo este contexto, las ventajas para la empresa tienen que ver con garantizar el traspaso de conocimientos, cultura corporativa, historial de decisiones y más. Y, para las personas, es un win-win desde el punto de vista que continúan activos, pero ya no son directamente responsables de los resultados.
Además, los ejecutivos senior toman nuevos roles en el mercado laboral y se capitaliza su experiencia para acompañar a otros en programas de mentoreo y sponsoreo, liderazgo y coaching para los nuevos líderes. “De hecho, en los últimos dos años advertimos desde nuestra unidad de consultoría organizacional Talent Solutions Right Management que la demanda de certificación y capacitación en temas de Liderazgo y Coaching se ha incrementado notoriamente y que los +50 se están volcando hacia estos aprendizajes y nuevas formaciones para su perfil profesional”, concluye Marisol Aguayo.