En un entorno laboral dinámico, donde los cambios organizacionales son cada vez más frecuentes, desvincular no tiene por qué ser sinónimo de despedir.
Hoy, las empresas más comprometidas con su cultura interna y reputación corporativa están comprendiendo que acompañar a las personas en sus procesos de transición laboral no solo es un gesto humano, sino también una estrategia inteligente y sostenible.
Acompañar para transformar
El outplacement, también conocido como programa de transición de carrera, busca brindar apoyo profesional y emocional a quienes enfrentan una desvinculación laboral. A través de asesorías personalizadas, talleres, herramientas de empleabilidad y acompañamiento psicológico, el objetivo es reinsertar a las personas en el mercado laboral de manera más rápida, consciente y alineada con sus fortalezas.
“Cuando se acompaña adecuadamente a una persona en este momento crítico, se reduce la incertidumbre y se minimiza el impacto negativo en la cultura organizacional. Un proceso bien gestionado puede convertirse en una oportunidad para crecer y redefinir el propósito profesional”, explica Karen Erazo, Manager Career Transition en ManpowerGroup Chile.
Impacto humano y reputacional
Más allá de los resultados inmediatos, implementar programas de outplacement tiene un efecto positivo en la confianza interna y en la imagen pública de la organización. Este tipo de acompañamiento demuestra un compromiso genuino con las personas, fortaleciendo el sentido de pertenencia entre quienes permanecen en la empresa y proyectando una reputación de responsabilidad social hacia el entorno.
Cerrar ciclos con propósito
Cada proceso de desvinculación bien gestionado puede dejar una huella. Apostar por el outplacement es entender que toda etapa, incluso la de cierre, puede generar valor, tanto para la organización como para la persona.
Porque cuando se pone el talento humano al centro, los finales se transforman en comienzos.
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